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Los deportistas son los miembros más sanos de nuestra sociedad y tienen mucho menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, algunos cánceres, diabetes y demencia que las personas de misma edad que no practican deporte. Ello se debe a que la práctica del ejercicio físico de modo frecuente disminuye notablemente el riesgo de sufrir muchas enfermedades como, por ejemplo, infarto de miocardio, angina de pecho, insuficiencia cardiaca, accidentes cerebro-vasculares, hipertensión arterial, obesidad, diabetes de tipo II, osteoporosis, artrosis, artritis reumatoide, varios tipos de cáncer, depresión, demencia, fibromialgia y la dependencia en las personas mayores.
Además, el ejercicio físico es una muy buena herramienta, a veces la mejor, para tratar todas estas enfermedades, una vez que han sido diagnosticadas. Por dicho motivo, muchas Sociedades Científicas y las Instituciones Públicas recomiendan e impulsan la práctica de ejercicio físico a la población, en todas las franjas de edad.
Aunque los beneficios de la práctica del ejercicio físico superan abrumadoramente los riesgos que conlleva, puede ocurrir, aunque muy raramente, que algunos deportistas tengan un problema cardiaco o, incluso, mueran de forma repentina e inesperada durante la práctica deportiva o en la hora posterior a la misma. La mayoría de estas muertes súbitas se producen por problemas del corazón, y son más frecuentes en las personas que se entrenan menos de 3 días por semana que en las que se entrenan con más frecuencia. Aunque el riesgo de que se produzcan estas muertes súbitas en deportistas de competición es muy bajo, desde hace años se está estudiando cuál es el modo más apropiado y eficaz para detectar y tratar a las personas con más riesgo de tener una muerte súbita durante la competición.
Actualmente existe un amplio debate entre diferentes Sociedades Científicas de prestigio internacional (Sociedad Europea de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular: EACPR; Sociedad Americana del Corazón: AHA; Colegio Americano de Cardiología: ACC; Colegio Americano de Medicina del Deporte: ACSM) sobre la incidencia real de muerte súbita en competición comparada con la población sedentaria, la conveniencia o no de realizar un reconocimiento médico previo a la práctica del deporte de competición, el tipo de valoración o reconocimiento médico a realizar, su relación coste/beneficio, las consecuencias negativas que conllevan los falsos positivos (cuando, por un diagnóstico médico erróneo, se obliga a un deportista a no hacer su deporte preferido cuando podría hacerlo), o la prioridad de destinar recursos públicos para detectar y prevenir este problema. Este debate hace que no exista una opinión unánime sobre la manera mejor, más práctica y eficaz de detectar estas muertes súbitas. Por ejemplo, un trabajo reciente publicado en la revista de la Sociedad Europea de Cardiología (European Heart Journal) ha estudiado el número y tipo de accidentes graves que ocurrieron entre los años 2006 a 2012 durante las carreras populares de la región de Paris (512.000 deportistas). En dichas carreras se exige un certificado médico para poder participar. Los resultados del estudio mostraron que el número de sucesos o enfermedades graves que ocurrieron en esta carrera no fue inferior al que se observa en las carreras populares que no obligan a presentar un certificado médico para poder participar.
Aunque no existe una unanimidad en todos los aspectos, teniendo en cuenta la opinión de las Sociedades Científicas mencionadas anteriormente, una primera línea de prevención rápida y sencilla para intentar
El cuestionario es voluntario, anónimo y personal; sólo se registrará en la ficha de inscripción si ha sido rellenado en el momento de la misma, pero sin relacionar la persona participante con sus respuestas. Si, por cualquier cuestión, no se ha podido rellenar en el momento de la inscripción, recomendamos hacerlo más adelante a través de la página web.
Javier Barrera (Médico Rehabilitador, Osakidetza, y corredor experimentado -19 BSS y 24 maratones-, Esteban Gorostiaga (Médico del Deporte, Director del CEIMD -Gobierno de Navarra-); Xabier Valencia (Médico Rehabilitador, Osakidetza); Zigor Madaria (Cardiólogo, Osakidetza e IMQ), Félix Zubia (Médico Intensivista, Osakidetza y Cruz Roja -responsable de la atención médica de los corredores en la BSS desde el año 2002-), José I Emparanza (Epidemiólogo Clínico, Osakidetza)
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